Hola amigos,

La vida ha cambiado mucho en Israel con el nuevo gobierno, desde enero. Por desgracia, el sistema de votación permitió que con menos del 1% de diferencia, el bloque de derecha, que incluye la extrema derecha religiosa, obtenga en las elecciones una sólida mayoría en el parlamento, 64 contra 56.
Con esta inusual oportunidad, desde el primer día y hasta ahora, el gobierno prácticamente sólo se ocupa de promover leyes que harán de Israel una pseudo democracia, como Hungría o Polonia. Ya en los primeros días de este gobierno, se anunciaron cientos de propuestas de leyes que darán al gobierno total control del poder judicial en designar jueces así como limitar o impedir la capacidad actual que tiene la Suprema Corte de Justicia de cuestionar y dejar sin efecto leyes, nombramientos, decisiones del poder ejecutivo o forzarlo a obrar en caso de omisión, cuando la igualdad de derechos es violada o una de aquellas es considerada “extremadamente irrazonable”.

Como es sabido, Israel no tiene constitución, resultado de una histórica y errónea decisión de Ben Gurion, primer ministro en los primeros años de Israel, dejando el tema a las siguientes generaciones. Con los años se fueron promulgando leyes llamadas fundamentales, que serían parte de una futura constitución, como leyes que protegen los derechos humanos universales. Estas leyes sirvieron de base para otorgar justicia a personas o minorías discriminadas o evitar que sean privados de ella por parte del poder ejecutivo o legislativo. Debido a que no tenemos constitución, en casos donde la ley no es clara o ambigua en acciones u omisiones del gobierno, municipios, entes estatales o el propio parlamento, y es presentado un recurso de apelación, la Suprema Corte decide si la decisión o la omisión son “razonables” o no. Un ejemplo: en este nuevo gobierno, hace unos 4 meses, designó Nethanyahu a un político conocido, ortodoxo, quien cumplió varios años en la cárcel por soborno y evasión de impuestos, nada menos como ministro del Tesoro. El recurso fue inmediatamente presentado y la Suprema Corte lo anuló como extremadamente irrazonable. Desde entonces, la coalición de gobierno propone una ley que impida a la corte “entrometerse”. Esa ley ya pasó la comisión parlamentaria (donde la coalición de gobierno tiene mayoría) para ser  aprobada esta semana en segunda y tercera instancia en el parlamento, último paso en su aprobación. Tienen mayoría asegurada. Obviamente la aprobación permitirá a ministros tomar decisiones sin rendir cuentas hasta las elecciones, en poco más de tres años, así como designar allegados en cargos oficiales, dar preferencias no profesionales en licitaciones, presupuestos y otras decisiones arbitrarias, todo a cuenta del estado.
El lado optimista es la reacción de la población, que desde enero, y ya van 28 semanas, protesta en las calles de unos 150 poblados y ciudades, y se han paralizado actividades, bloqueado rutas y cruces. La protesta no tiene identidad política ni líderes identificados políticamente, sino la defensa de la democracia y en contra de la dictadura propuesta. Claro que mi esposa y yo estamos ahí, así como nuestros hijos y sus familias, todos los sábados al atardecer en Tel Aviv, y durante la semana, cerca nuestro, en cruces de la zona. El ministro del Interior, Ben Gvir, extremista ortodoxo de un asentamiento en los territorios ocupados palestinos, quien fue sentenciado varias veces por actos de violencia contra palestinos, presiona a la policía a reprimir con violencia todo exceso por parte de manifestantes. Hasta ahora, la policía, salvo pocos casos, se abstiene y contiene los excesos sin usar mayor violencia.

A la ola de protestas se han sumado casi todas las empresas de Hi-Tech, (directores y empleados), los bancos, las universidades, casi todos los economistas, la gran mayoría de los médicos, oficiales retirados del ejército y los servicios de seguridad, y claro, toda la oposición. El propio presidente Biden (quien aún no invitó a Nethanyahu a la Casa Blanca justamente debido a las leyes anti democráticas que propone el gobierno) exige que toda ley que altere el equilibrio e independencia de los tres poderes, sea aprobada en acuerdo amplio con la oposición. Las inversiones extranjeras se han reducido en un 70% y los expertos advierten que si se aprueban las leyes, la economía israelí sufrirá duramente. Pero todo eso no parece importar mucho a la extrema derecha, que fantasea que este singular gobierno de ultraderecha, aparte de pretender perpetuar su poder y gobierno, podrá hacer realidad el “milagro” de anexar tierras palestinas y provocar el éxodo de palestinos, accionar fascista, que logró el poder gracias al carisma de Nethanyahu, hábil mentiroso y experto en el manipuleo de la verdad, a quien desgraciadamente, el 25% de la población cree.

Esta semana es crítica y su plan es aprobar la ley. Ante eso, más de 500 pilotos de la fuerza aérea, y otro tanto de los asistentes de base, han declarado que si la ley se aprueba, dejarán de servir en la reserva, cosa que hacen en forma voluntaria, pero normalmente lo hacen todos, sin excepción. Su ausencia será muy duro golpe a las fuerzas de defensa.

Todo el ambiente está muy convulsionado y Nethanyahu, insensible al furor popular y totalmente desconectado, sigue adelante. Como supongo sabrán, está siendo procesado por abuso de confianza, soborno y fraude, proceso interminable que ya lleva un par de años y sus abogados demoran y arrastran. Obviamente como primer ministro, y cuando se den las condiciones, (que ahora se ven propicias) promulgará una ley que lo exima del juicio. La sociedad está muy dividida, con extrema desconfianza mutua, y la violencia verbal es muy común, casi exclusivamente de derecha a izquierda. La derecha es apoyada mayormente por gente de bajos ingresos, que es justamente quien más necesita protección judicial ante injusticias del estado, gente mayormente sin educación universitaria, que es atraída por los mensajes de la derecha apelando a bajos sentimientos racistas, “izquierda traidora” y similares, residen en pequeños poblados de la periferia, en su mayoría de origen oriental, religiosos “light”, con sentimientos largamente alentados por sus líderes religiosos y políticos de rencor hacia los “blancos”, de origen europeo, izquierdistas (a quienes llaman ”elitistas”), con estudios terciarios, y a quienes culpan de su precaria situación económica y -según ellos- los tratan con arrogancia.

Veremos qué pasa esta semana y si la cordura consigue imponerse. Si no, entraremos en un período oscuro con gran incertidumbre, que sin duda tratarán de aprovechar nuestros malos vecinos.

Traté de resumir esto en estas pocas líneas. Espero haber ayudado al lector a recibir una imagen de lo que está pasando acá. Nada fácil e impensado hasta hace unos meses. Las multitudes en la calle y las voces contra el gobierno fueron y son la gran sorpresa para todos, principalmente para la derecha. Muchos años de apatía o indiferencia por parte de liberales y demócratas, cosa que este gobierno daba por descontado seguirán, se convirtieron en militancia activa y determinada, sin descanso ya casi 7 meses. Cientos de miles, de todas las edades y corrientes políticas democráticas, izquierda, derecha y religiosos, están ahí. No pensé que a esta edad saldríamos a la calle a defender la democracia, pero lo hacemos, conscientes, por nuestros nietos. Hoy, como todos los sábados, en Tel Aviv, mañana, en Jerusalén, donde comenzarán a tratar y votar por la propuesta de ley en la Kneset (Parlamento). Veremos si Nethanyahu pone el freno a último momento, como lo ha hecho en el pasado más de una vez, o no.  

“El pueblo unido, jamás será vencido”

Saludos, democracia y paz para todos.

Shaul Bar Tor, Israel

Please follow and like us:
Facebook
Instagram
×

 

Hola!

Gracias por contactarnos,

en que podemos ayudarte?

×